¿Cuándo es una buena edad para acercar a tu hijo a la música?
¿Te has preguntado cuándo es una buena edad para acercar a tu hijo a la música?
Es muy curioso este tema, ya que los seres humanos tenemos nuestro primer acercamiento con la música sin darnos cuenta. Desde que estamos en el vientre materno, somos capaces de percibir la voz de nuestra madre de manera muy clara al generarse desde el interior. Esto sucede a partir del quinto mes, y el oído es uno de los primeros órganos sensoriales en desarrollarse. En esta etapa ya reconocemos el canto; diversos estudios han demostrado que, al cantarle la madre al bebé, se genera una sensación de bienestar en él, sin importar su afinación o cómo cante.
Podría decirse que la voz es el primer atisbo que tenemos relacionado con la música. Además, los padres nos introducen a ella mediante el canto, los conciertos, la música ambiental en casa o juguetes con sonidos. Así, de forma automática, tú ya has introducido a tu pequeño al mundo musical. Depende de ti mantener su motivación y brindar un estímulo constante.
Una vez que el infante ha adquirido gusto por la música, acércate a un profesor que esté acorde con tu método de enseñanza. Es muy importante seleccionar al profesor correcto, ya que de él dependerá en gran parte que tu hijo disfrute —o no— la música. Un profesor es clave en esta etapa, porque te ayudará a generar ejercicios más eficientes de estimulación temprana adecuados a su edad.
En cuanto a la edad ideal, se recomienda iniciar este proceso antes de los ocho años. Incluso puedes identificarlo por sentido común: tu hijo comenzará a usar la música dentro de su formación escolar. Desde el preescolar, la música sirve como refuerzo para establecer rutinas como lavarse las manos o los dientes, acomodar su cuarto o hacer su cama.
Entre otros beneficios de la educación musical se encuentran:
Expresión corporal: Mediante la música, tu pequeño puede aprender casi sin darse cuenta: el ritmo, los patrones de movimiento, la coordinación, la identificación de velocidades y el control rítmico del cuerpo.
Concentración: La música potencia su memoria, le ayuda a aprender idiomas y rutinas, e incluso mejora su capacidad en matemáticas, ya que trabaja con métrica que se aprende de forma inconsciente.
Seguridad: Aprender canciones junto con sus compañeros fortalece el sentido de pertenencia y entendimiento mutuo. A través de la música, los niños se expresan de forma más armoniosa, lo que los hace sentir comprendidos.
Aprendizaje: ¡Uuuy! ¿Quién sería capaz de aprender el alfabeto a esta edad sin música? Además de beneficiar el lenguaje y la pronunciación, las canciones ayudan a relacionar palabras con su significado al añadir expresión corporal, lo que mejora la comprensión.
Así que ya sabes: como cualquier tipo de educación, la musical también inicia en casa. Elige la música que más te guste, pasa un buen momento con tu hijo y muéstrale tu mejor repertorio.